Escuchar, tocar, oler y gustar requieren, entre otras cosas, la habilidad de atender; esta habilidad se conoce mejor como un proceso psicológico básico e indispensable para el procesamiento de la información de cualquier modalidad y para la realización de cualquier actividad. No es un proceso unitario, sino un conjunto de diferentes mecanismos que trabajan de forma coordinada. Su función es seleccionar del entorno los estímulos que son relevantes para el estado cognitivo en curso del sujeto y que sirven para llevar a cabo una acción y alcanzar unos objetivos (Ríos-Lago, Muñoz & Paúl, 2007).
Sohlberg & Mateer (2001) proponen una serie de componentes o elementos constitutivos del proceso de la atención, los cuales participan de forma activa e interna en el procesamiento de la información de cualquier modalidad sensorial. Se hace una selección de ellos teniendo en cuenta que algunos autores no mencionan ciertos componentes, los cuales vale la pena mencionar y conocer y, de esta forma, saber cuál es su participación dentro de este complejo sistema neuronal. La atención no opera de manera unitaria, cuenta con la ayuda o colaboración de “unidades” capaces de realizar tareas específicas que posibilitan la respuesta necesaria según la demanda del medio.
ESTRUCTURAS QUE PARTICIPAN EN LA ATENCIÓN
Entre estas encontramos:
El tálamo: Dentro de éste se encuentra una pequeña estructura llamada el núcleo pulvinar. Probablemente regula la atención selectiva, así como también filtra la información para que después pueda ser procesada por otras estructuras.
El lóbulo parietal: Participa en el procesamiento y uso de los aspectos espaciales de la atención. Se cree que es como un mapa que orienta y dirige a la atención hacia los estímulos que intenta localizar (Banich, 1997). También se encuentra al servicio de relaciones espaciales del cuerpo y el espacio en el que se mueve.
El cerebelo: Cumple una función reguladora del tono y los movimientos, con importantes implicaciones en el aprendizaje de tareas motoras y no motoras, interviniendo activamente en procesos complejos de orden cognitivo como el lenguaje, la memoria de trabajo, el razonamiento visoespacial y la atención selectiva, de forma que actuaría como procesador capaz de adecuar las respuestas de diversa naturaleza a la información del ambiente, anticipar la respuesta y el
Estado cerebral interno, para adaptar las respuestas y dar fluidez a los complejos procesos cognitivos.
Los lóbulos frontales: Participan en la regulación de todos los procesos psicológicos. De igual forma participan en las repuestas motrices que se dan a un estímulo, el control voluntario de los ojos y las respuestas a estímulos novedosos, caracterizándose por realizar el trabajo más especializado de la atención.
REFERENCIA:
Revista de la Facultad de Psicología Universidad Cooperativa de Colombia - Volumen 5, Número 8 / enero-junio 2009
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